No somos descendientes de hombres temerosos.

Mis hijas no son descendientes de un hombre temeroso porque yo no soy descendiente de un hombre temeroso.

Mi padre fue valiente para mandarnos a estudiar en inglés como segunda lengua en 1995 en plena crisis económica.

Porque mi padre José Luis Cetina Kantún cuando a finales de los 80's le compró la primera computadora a mi hermano y jugábamos juegos en 8 pixeles.

Porque mi padre no fue temeroso en exigirle a sus hijos buenas notas.

Mi papá no fue temeroso al establecer como prioridad nuestra educación y apostar cada centavo que tuvo por ella.

Porque mi papá no fue temeroso para mandarme a otro país cuando pensé que el amor de mi vida podría estar en Venezuela.

Porque no fue temeroso al regalarme su auto, al pagarme la carrera y a dar lo mejor de si toda la vida.

No fue temeroso para levantar sucursales Bancarias de las cuales lo nombraron director o gerente. Tocando puertas, arrastrando y dejando la suela de sus zapatos en la calle las logró convertir en las principales sucursales de su zona.

Mis hijas no son descendientes de un hombre temeroso porque nosotros, hemos aprendido del hombre más valiente: mi padre.