El día que José Luis me dio su camisa de 500 Startups o (Lo que aprendí al decirle adiós a mi socio y Jefe de Tecnología de Misión Admisión)

Paco Cetina
6 min readJan 27, 2019

Cuando José Luis me dijo que se iba a trabajar a Atlanta después de soportar el asedio de 15 reclutadores que por 8 meses lo bombardearon con ofertas laborales no-solicitadas, mi primera reacción fue sentir orgullo por mi hermano. Mi primer filtro emocional fue ese, después hice uso de toda la inteligencia emocional que pude para escucharlo con ecuanimidad y sin interrupciones. Pero un día después la realidad me golpeó con una fuerza abrumadora, ya en soledad los temores me asolaron, las dudas brotaron y la culpa terminó por presentarse. ¿Qué hice mal? ¿Por qué no pude retener a mi CTO? En seguida pensé que el año que pasó no fue lo que nos habíamos planteado en cuanto a metas, entonces como director general tomé responsabilidad de ese hecho: me sentí culpable, hasta que lo hablé con mi esposa y lo pensé mejor. Contárselo a mi esposa hizo que de inmediato calibrara mis emociones. “No es tu culpa” me dijo Seidy. Después al compartir una larga caminata de hora y media con mi hija Micaela, mi ansiedad bajó a cero. Estar y hablar con mi familia me dio la claridad para analizar el año que terminaba (2018) lo cual finalmente me ayudó a comprender que no, no era mi culpa entera el no haber logrado lo que nos propusimos y que al final cuando tienes un Co fundador la responsabilidad es compartida. Si José Luis se iba era por la oportunidad que este empleo representaba para su familia.

El valor de la educación

Días después José Luis y yo platicamos del valor de la educación, viendo hacia adelante un año sin duda prometedor, fuera del optimismo desbordado con el que nos planteamos las metas del año que terminaba (2018), el 2019 tenía planes y acciones específicas para romper en pedacitos los 365 días que lo contendrían. El valor de la educación fue la respuesta a una reflexión inevitable: ¿por qué esto no lo pensamos un año atrás? ¿Por qué no hicimos esto hace un año que hoy nos queda muy claro? Y la repuesta fue porque no sabíamos hacerlo mejor hace un año.

Resulta que aprender por experiencia es lento y es tortuoso. Tortuoso porque la ansiedad, el miedo y la decepción son la parte baja de la montaña rusa de emociones que configuran la ruta del empresario. Cuando la vida enseña es valioso sin duda, pero tiene un costo asociado al tiempo y adicionado con varias bajadas abruptas emocionales. El empresario de corazón sigue hacia adelante así que yo seguí para cada uno de los días de 2018 (para dejarlo claro, no fue un mal año, fue un año de crecimiento, solo no fue el crecimiento exponencial que esperamos). ¿Cuál es la otra ruta? La otra ruta es la de la educación, formal o informal, la respuesta está en aprender de otros que hayan resuelto problemas similares a los tuyos y evitar errores similares a los que uno podría cometer.

Aclarar tus sentimientos

Los tres días después de haber hablado con José Luis, se sintieron como decepción amorosa, esos días pensé que era el fin de Misión Admisión, ¿cómo podría hacerlo sin mi cofundador? Lo que me estaba ocurriendo era que la noticia levantó un polvo que se quedó en el aire por unos días y que no me dejaba ver con claridad. Cuando el polvo inevitablemente cayó al suelo, pude ver con claridad: ahí está el resto del equipo y sus comandantes: un jefe comercial, un jefe de operaciones, una jefa administrativo y el padawan de José Luis un ingeniero que había estado formando y mentoreando por los últimos 6 años. Sí, Obi Wan Kenobi fue un gran maestro Jedi, y si Anakin fue un gran Jedi lo fue no solo por su potencial sino porque desde muy joven Obi Wan lo entrenó, lo moldeó. Cuando José Luis me anunció su salida Mike ya era un ingeniero “Jedi” con el sable de luz desenvainado. Así que rápido comprendí que había un equipo detrás y que el jefe de tecnología naturalmente sería Mike. Esto me recordó de la importancia de entrenar a personas desde que son muy jóvenes, creando una estrategia muy similar a la que se lleva a cabo en el fútbol creando una cantera de jugadores jóvenes. Aprendí que habíamos invertido correctamente el tiempo y tener cerca a Mike desde tercero de preparatoria fue sin duda una buena decisión que se tomó 6 años antes.

La Misión es más grande que las personas

Misión Admisión no se había acabado, porque justo nuestro propósito va más allá de la partida de las personas que estamos trabajando, algún día incluso más allá de la partida de su fundador. Somos una empresa impulsada por su misión (inspirar y motivar para que las personas libren obstáculos y continúen estudiando) y esa no se detendrá porque más allá de los fundadores hay un equipo que la hace suya.

Invertir la riqueza generada en tu negocio te permite invertir el tiempo con tu familia

Por 7 años mi balanza familia-trabajo estuvo cargada más de un lado (del trabajo), no balanceada. La ventaja de comenzar pronto a ser empresario es que poco a poco te rodeas de gente que te permiten redistribuir el peso. Hace muchos años que soy responsable de más de una familia, no sola mía. Siempre he pensando que la mejor ruta para conseguir las cosas es rodeándome de gente mejor que yo o por lo menos que pueden complementar mis habilidades y suplir mis debilidades con sus fortalezas. Al final, soy una persona que no atesora lo material, por el contrario; mi misión como empresario es redistribuir la riqueza con mis colaboradores. Para mí el verdadero tesoro es tener tiempo con mi esposa y mis tres hijas pequeñas.

La lucha parental

La crianza de nuestros hijos es todo un reto, por eso tenemos que tomar de referencia a padres exitosos y analizar qué hicieron bien.

El hecho que mis dos hermanos fueron reclutados desde México para trabajar en EEUU, me hace detenerme a a pensar en los frutos que están cayendo del árbol que mis padres sembraron y por el que tanto se esmeraron en procurar. Debe ser muy gratificante como papás tener la enorme satisfacción que tantos años de crianza dieron como resultado adultos responsables, sensibles y competitivos en un ámbito global. Aun recuerdo cuando mi papá nos pintaba el mundo que él vivía como competitivo, complicado y también lleno de oportunidades si te preparabas adecuadamente. Pues eso ocurrió: el mundo lo conocimos competitivo, es complicado y sí en efecto, cuando se unen la oportunidad con la preparación es cuando tenemos la bendición de ofrecerle a nuestros hijos el ejemplo que nuestros padres inculcaron en nosotros: el esfuerzo, la perseverancia parar ser feliz y dejar un legado.

Atesorar lo vivido sin vivir en el pasado

Cuando José Luis me entregó su camisa de 500 Startups (sin habérsela pedido) finalmente entendí que nuestra aventura juntos había terminado. Atesoré por un momento los recuerdos increíbles de nuestra lucha juntos, e incluso recordé cuando nos tocó compartir cama por más de 5 meses en la ciudad de México cuando estuvimos lejos de nuestras familias dándolo todo por cambiar un pedacito de la educación en México. En esos meses compartimos no solo la cama y la mesa de trabajo sino muchos sueños.

¿Qué qué hice con la playera de 500 Startups de mi hermano? ¡pues me la puse!

Siempre agradeceré a mi hermano y a la vida la oportunidad de haber trabajado juntos por casi 10 años. Aprendí muchísimas cosas de él, más de las que él se pueda imaginar, pero sobre todo le doy gracias por compartir mis sueños y hacerlos suyos.

Hoy a las 5:00 AM lo llevé a tomar el autobús que lo llevaría a Cancún en donde finalmente tomaría su vuelo hacia Atlanta. Antes de subir el autobús me dio un entrañable y fuerte abrazo que me permitió sentir todo su amor. Ese abrazo dijo más que mil palabras. Fue un abrazo largo y antes que termine me dijo cuatro palabras que significaron el mundo para mí: “muchas gracias por todo”. El abrazó continuó hasta que me dijo “nos vemos Paquetín”.

Escrito en Mérida, Yucatán el 21 de enero de 2019

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Paco Cetina

Escribo sobre las subidas y bajadas en mis esfuerzos por ser feliz, dejar un legado y cambiar el estado de las cosas.